lunes, 15 de septiembre de 2008

Queramos


Por lo agradecido que estoy de que cometamos errores, quiero saber porque los árboles vuelven a florecer después del invierno, quiero ver a través de los ojos de mengano, quiero violar de un saque la interpretación perniciosa de los mandamientos. Quiero que tengan una ignición interna los artistas frustrados, y ver el principio de los comienzos. Que el aburrimiento sea tan inquieto que se centrifugue, con el desquicio del incomprendido sin miedo, dando paso al comienzo del eterno camino final. Que los excluidos sean parte, y que las partes se fundan en una sola inextricable maraña de hilos de colores entrelazados. Que los contrastes sean tan fuertes que los ojos no los comprendan, los sientan. Que las realidades sean tantas que sean una sola en su totalidad. Que todos nos arrojemos sobre el dinero para ver quien lo enciende primero, y nos agrupemos todos a percibir su frio calor. Sentémonos todos a debatir sobre el debate, para ver que nadie tiene razón. Seamos indistintamente distintos, dejemos de decir la verdad cuando mentimos. Quiero que le demos de comer un abundante plato de comida al vuitre. Quiero que tu lluvia salpique de tu esencia a las almas disueltas en olvido, para que despierten, para que sufran su renacimiento, para que se eleven, y se enciendan como el Sol. Que no haya nada más despreciable que el desprecio, que la apreciación deje de tener precio. Que las vueltas de la calesita no tengan más un eje, y que el tobogán suba y baje por siempre, para que no la envidie. Sentirse sabio no seria solo saber lo poco que podemos llegar a aprender en una vida. Que el oscurantismo sea una técnica para jugar a la escondida y que yo vaya ahora a jugar, para que vos sigas escribiendo.


Dibujo: Rocío Pilar Vieites. Escrito: Gonzalo Martín Filón.